Título: Kick-Ass.
Reparto: Aaron Johnson, Nicolas Cage, Chloe Moretz, Christopher Mintz-Plasse, Mark Strong, Michael Rispoli, Corey Johnson, Lyndsy Fonseca, Jason Flemyn.
Sinopsis: Kick-Ass cuenta la historia del adolescente Dave Lizewski, que llevado por su obsesión por los comics decide convertirse en un superhéroe en la vida real. Como todo buen superhéroe que se precie, elige un nuevo nombre - Kick Ass - consigue un traje y una máscara, y se pone a trabajar en la lucha contra el crimen. Sólo hay un problema: Kick Ass no tiene absolutamente ningún superpoder. Su vida cambia para siempre ya que inspira una sub-cultura de imitadores, se junta con un par de locos justicieros - el torbellino armado de once años, Hit Girl, y su padre, Bib Papi - y forja una amistad con otro superhéroe incipiente, Bruma Roja. Pero gracias a las intrigas de un jefe de la mafia local, Frank D´Amico, la nueva alianza se pondrá a prueba.
Crítica (Por "Las Horas Perdidas"):
Lo primero que sé, acepto y conozco mientras empiezo a escribir estas líneas es que se me acusará de ser mas papista que el Papa.
O dicho más clarito: si el propio autor aprueba e incluso ha colaborado estrechamente en la confección de la versión cinematográfica de su cómic, quien cojones soy yo para ponerle pegas……
Respuesta: soy un tío con un cerebro (más o menos vacío), un par de ojos y otro de orejas, y al que Mark Millar, el tío que aprobó el guion de Wanted, dato fundamental, le parece un maromo que aprobaría un bukkake en masa con su propia madre de protagonista si le pagasen suficiente por ello.
Aclaro también que no soy un maniático de la fidelidad, ni Kick-Ass (el cómic) me parece una obra magna a la que no se le pueda tocar una coma. Ahora bien si adaptas La Nausea de Sartre, por poner un ejemplo, y la lectura que se desprende de la peli es “la vida es maravillosa” tienes un puto problema amigo.
Pero primero hablemos un poco de la peli en sí misma, sin ninguna comparación. Eso sí, hablaremos más bien poco, porque la cosa no da para mucho.
Clhoe Moretz está muy bien- Compro
Nicolas Cage da menos rabia que últimamente- Compro
Mathew Vaughn aporta la dirección limpia, poco estridente y narrativamente clara que ya es marca de la casa. (Layer Cake, Stardust) – Compro también.
Mark Strong muy digno. Pero sospechosamente empieza a ser “el malo de turno” como Gary Oldman a principios de los 90.- Vaale, compro de momento.
Ahora bien, más allá de estos tres puntos no encuentro nada mínimamente reseñable en Kick-Ass (la película). El guión abunda en tópicos de los dos géneros a los que pertenece (película de superhéroes y comedia adolescente) más gastados que las rodilleras de Penélope Cruz. Vendria a ser un Spiderman para la generación Youtube, sin una décima parte del carisma y la humanidad de Peter Parker, pasado por el humor de Supersalidos, sin una veinteava parte de la mala leche de la peli de Mottola y un pretendido aire Tarantiniano, sin una milésima porción de la clase de don Quentin (esto último ya le pasaba a Vaughn en Layer Cake). No hay ningún apartado técnico en el que se vea un trabajo que despunte en algo. Además, hay que soportar la secuencia Matrix de rigor, con pistolas recargadas en el aire y acrobacias a cámara lenta, que de tanto que me me produce una mezcla de sopor y asco. Entiendo y respeto que aún haya a quien le dispare el “MOLA” al estilo Bart; para mí, más de diez años después de Neo, la palabra es un Homeriano “D’oh”.
No emociona, no hace padecer, no apasiona, no tiene ni la épica de la buenas pelis de aventuras ni provoca la carcajada salvaje de las comedias pasadas de vueltas a las que mimetiza.
No considero Kick-Ass un film malo, es más, diría que pasé un buen rato viéndolo, pero no deja de ser un producto de usar y tirar, una hamburguesa bien condimentada que dejará a los amantes del filete poco hecho con una sensación amarga, que se acentúa al saber que la hamburguesa en cuestión se ha cocinado a partir de un pedazo de carne de primera calidad.
Los que sudéis del material original y penséis que no hay entrar en comparaciones dejad de leer aquí mismo. Ya tenéis mi opinión sobre la peli. Los que no, vamos a l lío.
Una “adaptación” de una obra de otro medio como ya la propia palabra indica implica cambio. Aceptemos esta premisa como básica. Cada medio tiene sus propios tempos y códigos narrativos y lo que resulta genial en uno podría ser insufrible en otro.
Lo que no me entra en la mollera de ningún modo es usar un material de partida para despojarlo de sus señas de identidad, limpiarle las aristas y los matices que lo hacen especial y, finalmente, incluso pervertir puntos básicos de su discurso.
¡¡¡¡¡Para eso escribe un guión original gilipollas¡¡¡
En el caso que nos ocupa:
Me decepciona que se haya producido una degradación de todo lo salvaje, mordaz y políticamente incorrecto del comic.
Me preocupa la estilización y lo suave de la violencia. Dónde está la suciedad, las tripas que caen tras cada corte, los moratones, los dientes rotos, los orines y las defecaciones de Dave mientras lo electrocutan, los sesos de Big Daddy en primer plano cayendo frente a su hija de 10 años?. Y no me digáis que busco el morbo, precisamente abogo por lo contrario. Que la violencia dé miedo, que duela, que produzca aversión, que no sea una sucesión de viñetas molonas.
Cojones, el cómic te quita las ganas, si es que alguien las tuviera, de imitar a estos tarados. La peli te anima a hacerlo.
Me entristece que la relación entre Dave y su padre, que es el subplot que humaniza al chico y te lo acerca más allá de un estereotipo de comedia teen al uso se haya evaporado.
Me encabronan los momentos épicos, sobretodo el final, que le brindan a Dave. Esto emborrona la base del personaje en el cómic, que empieza siendo un pringado, es un pringado durante toda la narración y acaba siendo un pringado. No quiero que brille, no quiero que consiga una novia macizorra, no quiero que sea el héroe de la función. Quiero que me devuelvan al “matao” que bastante trabajo tiene llegando vivo al final del sexto número. Me encanta Peter Parker, pero yo quiero ver a Dave. Quiero ver, en definitiva, que ponerte unas mallas y jugarte el cuello te dejan en el mismo sitio en el que estabas , sin flashes, sin gloria. Eres lo que eres, y eso no lo cambia que juegues a Dios.
Y sobre todo me indigna, revienta, repatea y me hace cagarme en todos sus muertos el lavado de imagen que sufren todos y cada uno de los personajes principales (menos Mark Strong) y que condicionan absolutamente el tono de la historia .
A saber:
Red Mist- de sádico cabronazo que disfruta con la tortura, narcisista, ególatra , cobarde y en definitiva lo que sería un súper-villano en la vida real a comparsita de su padre que incluso llega a exclamar “ a ellos hacedle lo que queráis pero no quiero ver sufrir a mi amigo Dave”.
¡Patético!
¿Dónde está el megahijoputa, que sienta cátedra para ser el gran enemigo de la secuela con su gloriosa frase: quiero verte sufrir desde que nos conocimos, hasta me hecho pajas pensando en ello, suena raro?.
La “novieta”- de pija superficial que manda fotos suyas comiendo pollas por el móvil, y “gay friendly” por estar a la moda, a chica con conciencia que se enamora profundamente de Dave al conocer su “verdadero yo”. (Casi poto en esa escena).
Dave- Como ya he comentado antes, de pobre diablo apalizado y torturado hasta la saciedad a héroe de la función.
Big Daddy- El caso GRAVE. Asi con mayúsculas. De psicópata peligroso que rapta a su propia hija cuando su mujer lo deja por ser un contable “friki” fracasado y elige un villano al azar inventándose una historia de vendetta basada en Punisher, a un héroe de verdad. Violento, megalomaniaco, irresponsable, pero un jodido super de verdad.
En definitiva un lavado de cara que convierte una historia de cómo sería tener “súpers” en un mundo real como el nuestro, es decir una panda de inadaptados, necesitados de atención y psicópatas varios que son capaces de ponerse unos calzoncillos encima de la ropa con tal de sentirse algo especial, a una película tradicional de superhéroes que se convierte en un remedo cool de Spiderman. De una historia inteligente que aprieta donde duele en las lacras del mundo 2.0, con un punto de burla y un mucho de echarnos en la cara lo terrible que sería lo que tanto nos gusta en un cómic, a un film rutinario y sobretodo que vende la moto de políticamente incorrecto cuando es mas inofensivo que Scalabrini en la linia de 3 puntos. (Con cariño Rafita).
¡A otro perro con este hueso!.
Doctor Diablo.
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